Gala la encontramos en extrema delgadez y muy parasitada, con tres peques muy apurados. Estaba en el patio de la que habia sido su casa, echada al fallecer su unica familia, una señor anciano. La familia lejana queria la casa pero no la gatas (Gala y Artemisa). Unos vecinos, cuando la situación llegó a peligrosa por dramática, nos avisaron. Y como en otras ocasiones, la preciosa gata nos vino a recibir sabedora de que íbamos a ayudarla a ella y a sus peques. Y eso hicimos.
Es muy cariñosa y demandante de mimos, pero no se pega todo el rato a ti, es respetuosa y no exige tu atención a todas horas. Esta jovencita además de preciosa, es muy discreta y tranquila, disfruta y agradece su nueva vida habiendo dejado atrás momentos muy dificiles.
Sus peques ya están recuperados, crecidos y adoptados y ahora le toca a ella.